martes, julio 18, 2017

Musa

Rostro color cenicero. Falda larga con vuelo para darle cinco vueltas y media. Bailaba en medio de la nada, sola, entre huesos y rizos.
Las tierras áridas nos secan, me dijo. También que era una musa. Con ese brillo ridículo en los ojos que solo ellas otorgan a personajes sin pasado, menos futuro. Bailaba. Y la falda se desplegaba a la espera de que el viento la impulsara. La elevara.
Liposucción gratuita de creatividad. Imaginación. Dueña de pensamientos, deseos e ideas sin retorno. Estaba tan hermosa bailando en el páramo del olvido. Esperando que por fin el aire llegara y le dedicara una pieza.
La miré mientras me alejaba de ese lugar yermo. Ella en cambio elevó los brazos y giró. Casi pude notar la brisa.
Musas de belleza turgente que se vuelven viento. Aire. A veces circular y algo más de arena.


lunes, julio 03, 2017

"Okja" Hay que verla

Okja




Hay que verla. Son tantos los motivos por los que creo que Okja es una película imprescindible de ver, como la cantidad de géneros que se mezclan en la película. Camina entre el drama, la comedia, la aventura, la ciencia ficción…Todo con ese aire histriónico tan peculiar del cine coreano. Del director Bong Joon-ho.





Vayamos con calma.  Como la gran lomera de Okja cuando pasea por las montañas de Corea del Sur. "No te embales" le aconseja Mija, su cuidadora desde los cuatro años. Diez años juntas. Pero Okja claro que se embala, corre y juega y se tropieza, siempre pendiente y fiel a su compañera y amiga. Este deleite se nos muestra en la primera parte del film, después de explicarnos cómo la multinacional Mirando Corporation ha repartido superlechones por los puntos más pintorescos del mundo. Un supuesto inocente concurso para descubrir diez años después cuál de todos ellos es el mejor y llevarlo hasta Nueva York a la gran fiesta de Mirando Corporation.  







Sí, Okja va a dejar de pasear su lomera y sus orejas caídas por las montañas coreanas para entrar de lleno en la pesadilla americana. Y Mija, su salvadora, por la suya propia.

Y hasta aquí puedo leer. Y he leído mucho, demasiado. Ni siquiera vi el tráiler. Y me alegro. No lo veáis. Lanzaros a la dulzura de la mirada de Okja sin paracaídas. Y la lucha de Mija por recuperarla. A ese imparable desfile de personajes esperpénticos llevados hasta el paroxismo con aire de cómic. A una banda sonora que nos lleva como el film de la risa a la sorpresa, al dolor, al amor. 


Hay que verla por sus miradas. Las de Okja y Mija en su hogar, y luego en Occidente. Las miradas de Mija ante el marketing, las multinacionales y al comprobar cómo ven, y para qué, a Okja los grupos capitalistas, los intereses del mercado, los consumidores de a pie. A su compañera de vida.
Esa niña observa lo que ocurre a diario a nuestro alrededor con el estupor, incredulidad y terror que deberíamos tener todos en la mirada.





Un cuento de hadas que se rodea de todos los monstruos de los cuentos. Y sobrevive. Hay que verla porque Okja tiene magia. Los malos son muy malos. Y siempre van a estar ahí, pero los buenos, que la mayoría casi nunca hablan, también. Una película que te acaricia el alma.